El Dr. Pumphrey estudió las circunstancias que rodearon cada una de las 110 muertes por alergia a alimentos y encontró que 2 de cada 3 fallecidos no habían llevado el EpiPen consigo. La razón de este fatal olvido, parece ser que fue la combinación de una juventud incipiente (pico de edad entre 18 y 24 años) junto al hecho de que las últimas reacciones por alimentos que habían tenido habían sido leves.
Entre los que sí llevaban Epipen, la mitad se lo administraron demasiado tarde. Sin embargo la otra mitad parece ser que si lo utilizaron adecuadamente y a pesar de ello desgraciadamente fallecieron. El porqué la adrenalina no fue eficaz en este último grupo no se sabe con claridad, pero el investigador sospecha que pudiera haber sido por una longitud insuficiente de la aguja del dispositivo. En caso de anafilaxia, la adrenalina para que actúe rápidamente debe ser administrada por vía IM, sin embargo en pacientes con sobrepeso puede que la aguja no alcance el músculo. Por ello debe entrenarse al paciente para que el autoinyector se lo ponga en la zona del músculo con menos grasa.
Nota: El Epipen en España se comercializa con el nombre de Altellus.
Autoaprendizaje sobre anafilaxia