Introducción al asma bronquial
El asma es una enfermedad muy frecuentes que representa el 26% de las consultas atendidas en los servicios de alergia en España.
El asma es una enfermedad inflamatoria de las vías aéreas, que se caracteriza por un incremento de la respuesta de la vías aéreas respiratorias a varios estímulos y que se manifiesta por estrechamiento de las mismas, cuya severidad varía bien espontáneamente o bajo la acción del tratamiento. Su característica, por tanto, es la de presentar amplias variaciones, durante cortos períodos de tiempo, en la resistencia al flujo aéreo intrapulmonar.
La reversibilidad es la característica principal del asma, que la diferencia de otras enfermedades de las vías respiratorias. A su vez, la presencia de eosinofilia en esputo, habitual en el asma, puede diferenciar a éste de otras enfermedades crónicas que se asocian con broncoespasmo reversible, como sucede con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
El trastorno fundamental parece ser la hiperreactividad de las vías aéreas, que en algunos casos está determinada genéticamente, y es un hallazgo persistente y prácticamente constante en los asmáticos. Aunque no todos los pacientes hiperreactivos son asmáticos. La hiperreactividad bronquial pueden también presentarla algunos pacientes (aunque no todos) con fiebre del heno, fibrosis quística, bronquitis crónica e incluso puede detectarse en algunas personas sin enfermedad respiratoria. También puede aparecer de forma transitoria tras infecciones respiratorias o exposiciones a irritantes (Fig. 32).
La causa que produce la hiperreactividad bronquial en los pacientes con asma se desconoce, aunque parece que en parte puede ser debida a una ruptura de la integridad de la mucosa bronquial ocasionada por una inflamación persistente, principalmente a base de eosinófilos, que se detecta en todos los pacientes asmáticos, incluso en los mas leves.
La inflamación de la mucosa bronquial además es capaz de producir una reestructuración o remodelado de las vías aéreas que da lugar a la conformación de unas vías aéreas más hiperreactivas y con menor capacidad de reversibilidad. El remodelado es más intenso cuanto más se prolonga en el tiempo la inflamación.
Por lo tanto, los cuatro factores que caracterizan al asma bronquial son:
• Obstrucción bronquial reversible
• Hiperreactividad bronquial
• Inflamación persistente de las vías aéreas
• Remodelado de las vías aéreas
Síntomas del asma bronquial
Los 4 síntomas más característicos del asma son:
• La Disnea (similar a la dificultad para respirar a través de una pajita)
• Las Sibilancias (o "silbidos"). Más que un síntoma es un signo muy característico del asma (oir).
• La Tos. Puede ser el único síntoma. Suele producirse después del ejercicio, risa o bien de forma espontánea
• La opresión torácica. Es la sensación de tirantez o de presión en el tórax.
Los síntomas suelen cesar después de la crisis asmática, a veces lo hacen de forma espontánea y otras con la ayuda de la medicación. Es habitual un empeoramiento de los síntomas durante la noche y las primeras horas de la mañana.
Clasificación del asma bronquial
El asma ha sido clasificada según los estímulos que promueven las crisis (Fig. 33). Aunque la distinción entre diferentes tipos de asma puede ser artificial, ya que varios desencadenantes pueden asociarse en un paciente, su clasificación sigue siendo sumamente útil, por lo que una vez hecho el diagnóstico de asma, es conveniente clasificarlo según su probable etiología.
• Asma Extrínseco (o alérgico): Las crisis de broncoespasmo son inducidas por la inhalación de alergenos a los cuales el paciente está sensibilizado (ácaros, pólenes, epitelios de animales, hongos, etc.). Los alergenos no sólo actúan como desencadenantes, sino también como agentes etiológicos de la inflamación bronquial y por tanto de la hiperreactividad bronquial.
• Asma Intrínseco: Se desconoce la etiología aunque se discute el papel de las infecciones respiratorias, no hay evidencia de exoalergenicidad.
• Asma Mixto: Se aplica a aquellos pacientes en los que las crisis de broncoespasmo son inducidas tanto por factores alérgicos (neumoalergenos) como por infecciones respiratorias.
• Asma Asociado a Intolerancia a los AINE: Las crisis de asma se desencadenan tras la administración de antiinflamatorios no esteroideos (aspirina, pirazolonas, indometacina, etc.).
• Asma Inducido por el Ejercicio: La obstrucción de las vías respiratorias se produce después de realizar ejercicio.
• Asma Inducido por Sulfitos: Estos pacientes presentan crisis de asma tras la ingesta de alimentos o bebidas que contienen conservantes del tipo del metabisulfito.
• Asma Ocupacional: El asma se origina por la exposición a sustancias que inhala durante el trabajo. El cese de la exposición laboral al agente productor, conlleva la remisión del asma, especialmente si éste es detectado al inicio de la enfermedad.
• Asma Asociado a RGE: Son pacientes asmáticos cuyo asma se ve agravado por la presencia de reflujo gastroesofágico.
Tratamiento del asma bronquial
Introducción
El asma es, en la actualidad, una de las enfermedades crónicas más frecuentes en los países industrializados. Recientes estudios apoyan este proceso como una condición inflamatoria crónica de las vías aéreas y se ha enfatizado que incluso en el asma leve está presente esta inflamación caracterizada por una infiltración de eosinófilos, linfocitos T y activación de los mastocitos. Por esta razón, el tratamiento actual va dirigido también a controlar esta inflamación en lugar de limitarse sólo a un enfoque sintomático.
Objetivos del Tratamiento
El tratamiento debe permitir al paciente realizar una vida lo más normal posible.
El tratamiento debe ser orientado para conseguir:
• Disminuir (idealmente abolir) los síntomas.
• Restaurar a la normalidad (dentro de lo posible) la función pulmonar.
• Reducir el riesgo de ataques graves.
• Prevenir el deterioro progresivo de la función pulmonar.
• Prevenir la mortalidad.
Es importante recordar que el asma grave está asociado con una alta morbilidad y mortalidad, de tal manera que un cierto grado de efectos colaterales terapéuticos debe ser asumido para conseguir un control aceptable de la enfermedad.
Estrategia del Tratamiento
El tratamiento del asma depende de la severidad de los síntomas y debe ser flexible, ya que la gravedad del asma puede cambiar con el paso del tiempo. Por ejemplo, algunos asmáticos pueden requerir sólo tratamiento durante la estación de polinización. El tratamiento del asma debe realizarse siguiendo una guía en escalera hasta conseguir un buen control del asma, tanto por el día como por la noche y con un mantenimiento de la función pulmonar lo mejor posible.
Evaluación Inicial: Es preciso establecer un diagnóstico correcto. La historia clínica es muy importante siendo necesario identificar todos los posibles factores desencadenantes, incluyendo neumoalergenos, alimentos, posibles agentes ocupacionales y fármacos. En el examen físico puede encontrarse sibilancias, pero no siempre. Es necesario excluir otras enfermedades tales como insuficiencia cardiaca. Raramente el asma puede estar asociado con otras enfermedades (como el síndrome carcinoide) o vasculitis (como el síndrome de Churg-Strauss).
Es esencial medir la función pulmonar para establecer el diagnóstico. Medir el volumen espirado máximo en el primer segundo VEMS y la capacidad vital, puede demostrar una obstrucción de las vías aéreas, la cual mejora después de inhalar un broncodilatador ß-2 agonista (más de un 12% de incremento en el VEMS establece el diagnóstico). El test objetivo de función pulmonar más útil en el asma consiste en las mediciones seriadas de PEF (peak expiratory flow) en el domicilio, las cuales nos permiten documentar la variabilidad en el calibre de las vías aéreas (variaciones de más de un 20%) y su respuesta al tratamiento. La monitorización del PEF en casa se ha convertido en una parte muy importante para el control del asma, particularmente en aquellos pacientes con una enfermedad escasamente controlada.
Es importante distinguir si la obstrucción bronquial es reversible o irreversible, y puede ser necesario dar un curso de glucocorticoides orales (prednisolona 40 mg/día, 1-3 semanas) en aquellos pacientes con una aparente enfermedad pulmonar obstructiva crónica EPOC y monitorizar su peak flow durante un período de 2-4 semanas (para descartar si se trata de un asma). La realización de tests cutáneos en prick para alergenos inhalantes comunes y la IgE sérica pueden establecer si el paciente es atópico. Los tests cutáneos son importantes para diagnosticar alergenos que puedan actuar como desencadenantes tales como los ácaros, pólenes, epitelios, cucarachas y hongos (ver neumoalergenos), ciertos asmas ocupacionales y Aspergilosis broncopulmonar alérgica.
Igualmente, la medición de la hiperreactividad de las vías aéreas puede determinarse mediante la provocación con metacolina o histamina; no obstante, no es útil hacerlo de forma rutinaria, excepto en aquellos casos de pacientes que presentan solamente tos, sin obstrucción de la vía aérea, como único síntoma. Una radiografía de tórax es útil para excluir otras enfermedades. El examen del esputo no es necesario realizarlo rutinariamente; no obstante, el hallazgo de eosinófilos en el esputo es sugestivo de asma. La determinación del FENO nos permite detectar de una forma rápida si existe una inflamación de las vías aéreas, lo que ayuda para confirmar el asma, diferenciarlo de otras enfermedades que pueden simularlo así como para ajustar las dosis de corticoides inhalados.
Evitación
Todos los agentes potencialmente dañinos deben ser evitados siempre que esto sea posible. Estos incluyen alergenos habituales, antígenos ocupacionales (asma ocupacional) y ciertos medicamentos, tales como Beta-bloqueantes e inhibidores de la vía de la ciclooxigenasa (AINE) (en asmáticos sensibles a la aspirina). Estos agentes están asociados con un incremento de la inflamación de la vía aérea o de exacerbaciones severas.
Otros desencadenantes que pueden aumentar las agudizaciones transitorias incluyen el ejercicio y la exposición al aire frío, los cuales probablemente no están asociados con un incremento de la inflamación. Estos últimos desencadenantes no deben ser necesariamente evitados sino, por el contrario, el asma debe estar lo suficientemente controlado como para evitar que estos desencadenantes produzcan exacerbaciones.
Debe evitarse el humo del tabaco. Determinadas medidas tales como un cambio de ocupación pueden ser suficientes para controlar el asma, pero es muy difícil y complejo evitar la exposición a alergenos e inhalantes comunes tales como los ácaros del polvo doméstico y los pólenes. Las medidas deben ser tomadas para reducir la exposición a los ácaros del polvo doméstico en el dormitorio, colchones sintéticos, cubiertas para los colchones, al quitar las alfombras, etc., pero esto es raramente suficiente por sí solo para controlar el asma. Los acaricidas para reducir la población de ácaros en el polvo doméstico están bajo investigación pero es poco probable que éstos tengan un impacto importante en el tratamiento.
Inmunoterapia
La inmunoterapia raramente es útil en los asmas graves de los adultos (en la mayoría asmas intrínsecos); no obstante, ésta sí resulta útil en los pacientes con asmas extrínsecos, especialmente los sensibilizados a ácaros, epitelio de gato y pólenes. Con la inmunoterapia se consigue reducir la frecuencia e intensidad de los síntomas y los requerimientos diarios de medicación. A diferencia del tratamiento sintomático, en que los síntomas recidivan a las pocas semanas o meses de suspender los corticoides inhalados, con la inmunoterapia (3-5 años de tratamiento) la mejoría persiste durante al menos los 5 años siguientes, siendo por tanto el único tratamiento medicamentoso que puede alterar el curso natural del asma extrínseco. (ver inmunoterapia).
Tratamiento Medicamentoso
El asma crónico, como mejor se maneja, es mediante un tratamiento en escalera, incrementando el escalón de tratamiento en función del control de la enfermedad. Eso implica una monitorización diaria de los síntomas y de la función respiratoria (diario de síntomas y series de PEF) para objetivar el adecuado control del asma y no subestimar la gravedad del mismo. La monitorización debe realizarse sobre todo en los pacientes más gravemente afectados mediante el uso de un peak flow en la casa. En todo enfermo se debe monitorizar la frecuencia con que usa su inhalador ß-2 agonista; el uso de más de un cartucho (generalmente 200 dosis) de un inhalador dosificador cada mes es un dato de alarma que nos advierte que el asma no está siendo suficientemente controlado.
Paso 1: Inhalación de un ß-2 agonista cuando sea requerido.
Para los pacientes con síntomas infrecuentes, la inhalación de un ß-2 agonista, por ej.: salbutamol 100 ó 200 µg debe ser usado cuando sea requerido por el enfermo, más que de una forma regular. Existe en la actualidad la evidencia de que el uso regular de un inhalador ß-2 agonista puede controlar el asma menos efectivamente que cuando es usado solamente para el autocontrol de los síntomas (según necesidad). Además, la frecuencia con que se usa el inhalador es una buena guía para el control del asma. Para los pacientes con una función pulmonar normal que tienen solamente síntomas infrecuentes y no interrupciones del sueño, ésta puede ser la única forma de tratamiento requerido.
Paso 2: Agentes antiinflamatorios inhalados.
En pacientes que necesitan utilizar su inhalador (ventolin) más de dos veces a la semana (es decir mas de 4 puff en 7 días), o que tienen síntomas nocturnos más de dos veces al mes, debe introducirse un tratamiento con un agente antiinflamatorio de forma regular; éste puede ser cromoglicato disódico (CGDS) (20 mg 3-4 veces al día o nedocromil sódico, 3-4 veces al día) o lo que es más eficaz un corticoide inhalado. Los glucocorticoides inhalados deben ser utilizados en la menor dosis requerida para controlar los síntomas y pueden incluir beclometasona, budesonida (200-800 mcg/día) o fluticasona (100 a 500 µg/día adultos 100-250 µg niños) 2 veces al día. En pacientes con síntomas persistentes y peak flow subóptimo, es admisible el comenzar con las dosis más altas hasta que el control se haya conseguido y entonces reducir la dosis lentamente. Es conveniente que sean aplicados con un espaciador que facilita la penetración intrapulmoar y disminuye el depósito faríngeo (candidiasis) y aporte sistémico.
Es importante recordar que las cromomas (CGDS o nedocromil) y los corticoides inhalados actúan para controlar la inflamación y que la respuesta clínica puede tardar en comenzar a apreciarse hasta 4 semanas. La dosis diaria de glucocorticoides inhalados puede ser alterada de tiempo en tiempo en función de los cambios en los síntomas y valores de peak flow. Por ello, las dosis de glucocorticoides inhalados deben ser duplicadas durante la semana siguiente al comienzo de una infección de las vías aéreas respiratorias. El CGDS y nedocromil son solamente efectivos en algunos pacientes con asma leve o moderado, especialmente en los más jóvenes (aunque en ocasiones se obtienen respuestas extraordinarias). El CGDS en general no ofrece ningún beneficio cuando se añade a un corticoide inhalado.
Paso 3: ß-2 agonistas inhalados de acción prolongada. Incremento de corticoides inhalados.
Si el control no se ha conseguido antes de incrementar la medicación, debe cuestionarse si se están aplicando correctamente los inhaladores y el cumplimiento del tratamiento. Muchos pacientes no usan los inhaladores correctamente (30-70% según algunos estudios) y frecuentemente reducen o suspenden sus dosis de glucocorticoides inhalados (es esencial que el paciente comprenda los diferentes objetivos que se persiguen con un tratamiento broncodilatador y antiinflamatorio y la respuesta que debe esperar de cada uno de ellos).
Una vez comprobado el correcto cumplimiento del tratamiento, el siguiente paso, es que si con dosis moderadas de corticoides (por ejemplo propionato de fluticasona 500 µg/día en adultos o 250 mcg en niños) no se consigue un adecuado control, entonces se puede añadir salmeterol o montelukast (singulair)
En el 70% de los pacientes la opción más eficaz es añadir al tratamiento un ß agonista inhalado de acción prolongada tal como el salmeterol 50 µg cada 12 horas, en este caso es esencial usar inhaladores mixtos que contienen ambos medicamentos, por ejemplo el seretide (fluticasona más salmeterol) o mejor Relvar (furoato de fluticasona más vilanterol) este último se aplica una sola vez al día lo que mejora su cumplimentación y seguridad.
Por el contrario en el 30% restante es más eficaz añadir al corticoide inhalado un antileucotrieno, tal como el montelukast 10 mg/día. En ambos casos, siempre debe verificarse de forma individual su eficacia (lo que es eficaz para un paciente puede que no lo sea para otro).
• El montelukast no conveniene asociarlo a la inmunoterapia, en un estudio se observó que disminuía su eficacia.
• El montelukast no parece ofrecer más mejoría cuando se añade al seretide.
• El salmeterol puede incrementar el riesgo de mortalidad por asma, que aunque es pequeño, obliga a discontinuar el salmeterol tan pronto como sea posible.
• Si la respuesta sigue siendo insuficiente, pueden aumentarse los corticoides inhalados, por ejemplo fluticasona hasta un máximo de 1000 µg/día (adultos) o 500 µg/día (niños), repartidos en 2 tomas.
• Debe usarse siempre un espaciador con el fin de reducir el depósito de fármaco en la orofaringe (deglución y absorción intestinal). Las mujeres > 45 años y los hombres >60 años deben de recibir suplementos de calcio y vitámina D.
Paso 4: Broncodilatadores adicionales.
Si no se logra un control adecuado, debe ensayarse un broncodilatador adicional. Es importante que el beneficio objetivo de este tratamiento adicional sea registrado con un peak flow en casa y continuarlo sólo si el beneficio ha sido comprobado.
► Anticolinérgicos inhalados: El bromuro de tiotropio (18 mcg 1 vez/día) ha sido recientemente descrito en un estudio, de ser al menos tan eficaz como el salmeterol, cuando se añade al tratamiento, en paciente con asmas no controlados con dosis moderadas de corticoides inhalados.
► Teofilina oral de liberación sostenida: Es particularmente útil en el asma nocturna persistente; a veces incluso a pesar de medicarse con altas dosis de glucocorticoides inhalados. La teofilina puede tomarse como una única dosis en la noche. Las teofilinas deben ensayarse en asmas difíciles de controlar. Las concentraciones plasmáticas deben ser monitorizadas inicialmente para evitar que los niveles sean demasiado altos y éstos produzcan efectos secundarios indeseables. El mantenimiento de unos niveles plasmáticos entre 5 a 15 µg/ml son correctos, aunque algunos pacientes pueden beneficiarse con niveles incluso por < 5 µg/ml. También es posible la monitorización del fármaco mediante la determinación de teofilina en saliva. Para los tratamientos crónicos deben evitarse las teofilinas de liberación rápida. La teofilinas de liberación lenta deben darse 2 veces al día, aunque algunos se controlan con sólo una dosis en la noche.
► ß-2 agonistas orales: A veces la adición de un ß-2 agonista oral de liberación lenta puede ser útil particularmente en pacientes con síntomas nocturnos persistentes.
Paso 5: Tratamiento de mantenimiento con corticoides orales.
Si el control no se consigue con altas dosis de glucocorticoides inhalados y broncodilatadores adicionales, puede ser necesario entonces un glucocorticoide oral (generalmente prednisona o prednisolona). Debe ser usada la menor dosis de glucocorticoides oral necesaria para mantener el control del asma (tanto como sea necesario y tan poco como sea preciso). Para evitar la depresión del eje hipotálamo-hipofisario-atrofia suprarrenal, éstos deben darse en una única dosis en la mañana y en días alternos, aunque a veces el régimen alterno es insuficiente para mantener un buen control.
La dosis días alternos no previene la osteoporosis, cataratas subcapsulares, facies cushingoide y atrofia-equimosis cutánea que son los efectos secundarios más comunes tras la administración crónica de esta medicación en los adultos. En los niños por el contrario es el retraso del crecimiento, por lo que se debe monitorizar la altura y peso en todos los niños con asma que reciban corticoides sistémicos (recomendable también si usan corticoides inhalados, aunque con estos últimos es mucho más raro observar retrasos en el crecimiento).
Paso Atrás: El régimen de tratamiento no debe ser fijo ya que el requerimiento de fármacos puede cambiar de tiempo en tiempo; así, si los síntomas son mínimos, el uso de ß-2 agonistas (a demanda) es bajo y el peak flow es óptimo, todo esto sugiere un buen control del asma y por tanto puede intentarse una reducción en el tratamiento antiinflamatorio (preferiblemente con monitorización del peak flow). El objetivo es conseguir un control óptimo de los síntomas y función respiratoria con el mínimo de tratamiento necesario.
Otros tratamientos
En el asma crónico pueden utilizarse otros tratamientos tales como:
• Troleandomicina (TAO): Este antibiótico administrado en bajas dosis (250 mg/día) junto con la metilprednisolona es capaz de reducir las necesidades de esta última en los asmáticos corticodependientes. Su mecanismo de acción se debe a que produce una disminución del aclaramiento hepático de la metilprednisolona pero no de la prednisona. La combinación TAO-metilprednisolona puede reducir la severidad del asma y disminuir los efectos colaterales de los esteroides. Es necesario monitorizar la función hepática (inicialmente 1 vez por semana) y los niveles de teofilina (el TAO puede incrementar la teofilinemia en un 25-50%) El tratamiento actual con altas dosis de corticoides inhalados ha disminuido mucho la necesidad de este medicamento.
• Los antihistamínicos son decepcionantes para el control del asma crónico a pesar del efecto protector descrito en algunas publicaciones. Estos no pueden ser recomendados para el control del asma, pero sí son útiles para el control de la rinitis concomitante.
• El ketotifeno tiene un leve efecto antiasmático, el cual puede derivar de su actividad contra la histamina y factor de activación plaquetaria.
• El metrotexate tiene un efecto "ahorrador" de glucocorticoides y puede ser posible reducir la dosis de prednisolona oral en un término medio de 7 mg. Esto debe ser considerado cuando la dosis de glucocorticoides orales requerida para controlar el asma está produciendo inaceptables efectos secundarios (osteoporosis, úlcera gástrica). No obstante, sus frecuentes efectos colaterales: náuseas, vómitos, hepatitis, discrasias sanguíneas, fibrosis pulmonar, desaconsejan su uso de forma rutinaria.
• El oro es corrientemente utilizado en Japón, pero su uso no debe hacerse rutinario hasta que estudios controlados demuestren sus beneficios.
• La ciclosporina tiene un efecto beneficioso en aquellos pacientes que requieren dosis altas de corticoides orales (asma resistente a los glucocorticoides) pero sus efectos colaterales y precio limitan su aplicación sólo para los pacientes más severamente afectados.
• Los anticuerpos monoclonales contra la IgE (omalizumab comercializado como Xolair) son muy eficaces e incrementa la mejoría de los pacientes que no responden a altas dosis de seretide (fluticasona más salmeterol), sin embargo su alto precio limita su uso para sólo los asma mas graves (ver asma extrínseco perenne).
• Los anticuerpos monoclonales contra la IL-5 (mepolizumab comercializado como Nucala) o contra su receptor (benralizumab comercializado como Fasenra) se han mostrado eficaces en el asma eosinofílico refractario con o sin poliposis nasal, con o sin IgE elevada, al igual que el anterior su precio elevado restringe su uso solo para asma graves, no controlados.
• La termoplastia bronquial es un procedimiento broncoscópico con el que se reduce la masa de músculo liso de la vía aérea y se atenúa la broncoconstricción. Estaría indicado para los asma graves que no se controlan con la medicación habitual. Se realiza a nivel ambulatorio, y ha demostrado mejorar la calidad de vida y reducir el consumo de medicación de rescate. Aunque este procedimiento desarrollado por la compañía Asthmatx ha sido aprobado por la FDA en abril de 2010, este organismo avisa que es necesario esperar al menos 5 años para observar posibles efectos secundarios a largo plazo.
Nebulizadores en Casa
Los ß-2 agonistas nebulizados pueden ser administrados en casa en aquellos raros pacientes con historia de deterioros bruscos de su asma.
Sin embargo, el uso de nebulizadores en casa no debe ser aconsejado para la mayoría de los pacientes con asma, aunque pueden ser útiles para aquéllos que requieren altas dosis de broncodilatadores y en los cuales el deterioro del asma no es apropiadamente controlado con glucocorticoides.
Los pacientes con EPOC y asmáticos con un componente de obstrucción no reversible pueden requerir un broncodilatador nebulizado en orden a conseguir una suficiente penetración del fármaco en el interior del tracto respiratorio severamente obstruido.
Los corticoides nebulizados pueden ser una opción para los niños < 5 años que no se controlan mediante su administracción con cámara de inhalación.
Tratamientos Alternativos
Varios tratamientos no farmacológicos han sido evocados para el asma, incluyendo la acupuntura, homeopatía, yoga, el uso de ionizadores y varias y hierbas y remedios dietéticos. Aunque puede haber descripciones aisladas de beneficios ocasionales, la mayoría de los estudios controlados no ha demostrado ningún beneficio objetivo. Si bien aisladamente estos tratamientos pueden ser de ayuda en algunos pacientes asmáticos, estos no deben interrumpir su tratamiento convencional.
Actitud a seguir para el tratamiento del asma (algoritmos)
El tratamiento del asma debe individualizarse en función de la frecuencia y severidad de las agudizaciones, la edad, factores desencadenantes e incluso nivel sociocultural. Además, la intensidad del tratamiento debe ir modificándose según la evolución de la enfermedad. Antes de utilizar una medicación más agresiva, debe comprobarse la ausencia de factores precipitantes (alergenos, sinusitis, tabaquismo, Reflujo Gastro Esofágico, infección reciente por Chlamydia pneumoniae , stress emocional, hipertiroidismo etc.) así como el correcto cumplimiento del tratamiento. Si se ha indicado una terapia con inhaladores, es imprescindible comprobar si la técnica de inhalación es correcta.
Modificado de A Colour Atlas of Asthma. G.M. Cochrane, P.S. Rees Wolfe MEDICAL PUBLICATIONS LTD.; LONDON
• Asma Leve Intermitente (Fig. TB1)
• Asma Severo Intermitente (Fig. TB2)
• Asma Leve Persistente (Fig. TB3)
• Asma Nocturno (Fig. TB4)
• Asma Infantil (Fig. TB5)
• Asma Inducido por el Ejercicio (AIE) (Fig. TB6)
• Asma Severo Persistente (Fig. TB7)
• Asma Agudo (Fig. TB8)
Mas información:
Curso para el autocontrol de asma
Consejos generales para pacientes con asma (PDF)
Más información
Terapias biológicas para el asma severo
Guía de bolsillo para el tratamiento del asma (GINA)