Ya no hay que esperar a la primavera para que muchos madrileños empiecen a notar picores en nariz, ojos y garganta. El cambio climático ha adelantado la polinización de varias especies y ya en marzo se disparan los síntomas de las alergias. Los afectados, además, conviven con otros dos problemas. El primero es que el polen del árbol más común de la ciudad, el plátano de sombra, es el causante de un 30% de los casos de polinosis que se registran. Y el segundo, que las partículas de diésel multiplican por 27 la capacidad de este polen de ser alergénico.